La pasión de Maite por el budismo tibetano floreció desde joven, inspirándola a dedicar su vida al estudio y la práctica del Dharma. Animada por sus maestros, Lama Djinpa Tarchin y Khenpo Tsultrim Gyatso Rinpoche, y motivada por el deseo de relacionarse directamente con las enseñanzas en tibetano, se inscribió en un programa intensivo de lengua tibetana de dos años en Thosamling, Dharamsala (2006–2007). Allí se sumergió en tibetano coloquial y clásico, filosofía budista y debate tibetano, ampliando aún más sus estudios en el Programa de Filosofía de Invierno en el Monasterio Pullahari, Nepal (2008).

Tras estos estudios, regresó a España, donde recibió el ciclo completo de empoderamientos Shangpa Kagyu de Kyabje Tenga Rinpoche e ingresó en retiro en Dag Shang Kagyu —completando primero el retiro preliminar de seis meses y luego el tradicional retiro de tres años. Durante este tiempo también ejerció como intérprete y traductora. A petición del maestro de retiro, Lama Drubgyu, y con el aliento de Sangye Nyenpa Rinpoche, aceptó servir como traductora para el segundo retiro de tres años, continuando en este rol durante cuatro años más.

Deseando consolidar su conocimiento de la filosofía budista y profundizar en su dominio del tibetano, Maite prosiguió estudios académicos en el Rangjung Yeshe Institute (RYI), donde obtuvo sus títulos de grado (Estudios Budistas y Lenguas del Himalaya) y máster (Traducción, Interpretación textual y filología).

Guiada por el reconocimiento del profundo valor del Dharma, Maite está comprometida con su auténtico florecimiento en Occidente. Cree que transmitir estas enseñanzas requiere claridad, precisión y fidelidad a su esencia, basadas en una profunda comprensión y una comunicación eficaz. Esta visión sigue alimentando su compromiso de por vida con el estudio y la práctica. Su aspiración es que la sabiduría del budismo pueda arraigar en Occidente, trayendo un beneficio genuino a todos los que la encuentren.